1. La gastroenteritis aguda es una enfermedad cuya manifestación principal son las diarreas.
Cuando una persona con un tránsito intestinal normal, de repente presenta un cuadro diarreico lo más probable es que padezca una gastroenteritis aguda, o sea, una infección digestiva aguda producida bien por la ingesta de alimentos contaminados o por el contagio de otra persona . ¿Qué otras enfermedades pueden producir diarrea como principal síntoma?
La verdad es que una diarrea aguda suele estar causada por una gastroenteritis aguda en un elevado porcentaje de casos, aunque el médico debe estar alerta-, ante la posibilidad de que haya alguna otra causa que esté produciendo este síntomas. Una diarrea aguda puede aparecer también como efecto secundario de una medicación o, y, sobre todo si la diarrea dura más de una o dos semanas, por otras enfermedades digestivas como el colon irritable, las enfermedades inflamatorias intestinales (colitis ulcerosa, enfermedad de Chron) o enfermedades por malabsorción, o pancreáticas.
Sin embargo, el interés de las diarreas en una guía como ésta de divulgación médica debe centrarse en las gastroenteritis agudas ya que es la enfermedad más frecuente y además es potencialmente evitable con sencillas medidas preventivas de tratamiento y conservación de los alimentos que deben tenerse en cuenta especialmente en verano.
2. ¿En qué consiste una gastroenteritis aguda?
Se trata de una enfermedad infecciosa que se caracteriza por un cuadro de diarrea precedido en ocasiones de náuseas y vómitos, acompañado de dolor abdominal como retortijones, ruidos abdominales aumentados y febrícula o hasta fiebre alta que dura de 2 a 7 días, y que aparece de 1 a 48 horas después de la ingesta de un alimento contaminado por un germen o su toxina.
La diarrea puede ser de heces líquidas o pastosas, puede estar o no acompañada de sangre, mucosidades o pus, y puede manifestarse con un número variable de deposiciones por día. Todos estos datos sirven para que el médico se oriente sobre el germen que puede estar causando la enfermedad, así como sobre el riesgo de que aparezcan ciertas complicaciones como la deshidratación y las medidas que se deben adoptar para prevenirlas
3. ¿Cómo saber cuál es la causa de una infección intestinal?
Cuando el médico nos dice que tenemos una gastroenteritis, suele preguntar cerca de alimentos sospechosos por ejemplo mayonesa , pasteles o helados, pescado crudo o marisco, etc. Si la toxiinfección alimentarla ha ocurrido en una boda o en un banquete y son muchos los afectados no suele ser difícil mediante una encuesta epidemiológica saber cuál ha sido la causa e incluso se puede llegar a hacer un cultivo del alimento sospechoso para confirmarlo y para saber cuál es el germen. Sin embargo, puede ocurrir que se den casos aislados o de pocos enfermos en una familia, que el período de incubación (el tiempo que transcurre desde que se produce la infección hasta que aparecen los síntomas) sea largo, hasta de 48 horas, y que por tanto sea muy difícil saber cuál es el contaminante. Existe además, efectivamente el agravante de que no todos los que entran en contacto con el germen sufren la enfermedad. Todo depende de la cantidad de alimento ingerido y del estado inmunitario (de las defensas) del individuo. Por si fuera poco, a veces aparecen gastroenteritis que no se contagian por alimentos sino por contacto humano. Es lo que ocurre, por ejemplo, con muchas gastroenteritis víricas (las llamadas «gripes intestinales», que por cierto aparecen a menudo en invierno al contrario que las demás gastroenteritis).
4. ¿El germen más conocido como causante de gastroenteritis es la salmonella (se lee salmonela), pero existen otros ¿no es así?
La salmonella es la vedette de entre las bacterias que producen gastroenteritis porque es la que causa más frecuentemente epidemias, a veces graves, en residencias, en cuarteles, en fiestas y por tanto es la que sale más a menudo en la prensa. Se trata de una bacteria que tiene varios tipos distintos, algunos de ellos capaces de producir enfermedades infecciosas más graves que la gastroenteritis como la fiebre tifoidea (el tifus). (La salmonella que produce las gastroenteritis se llama salmonella gastroenteritis) (la que produce el tifus se llama salmonella tiphy).
Pero existen bacterias que pueden dar lugar a esta enfermedad que comentamos aquí y que son completamente distintas de las salmonellas, los estafilococos aurcus (que producen una toxina que es la verdadera causa de los síntomas) la Escherichia Coli (un serotipo de éstas causó una importante intoxicación en un colegio en Barcelona recientemente), las Shigellas (que a menudo dan lugar a diarreas sanguinolentas, llamadas disenteríformes) o como ya hemos mencionado algunos virus (adenovirus y rotavirus).
5. ¿Cuáles son los alimentos más peligrosos en cuanto a la posibilidad de producir una gastroenteritis?
Hay unos determinados alimentos especialmente susceptibles de albergar de forma inaparente colonias de microbios patógenos capaces de multiplicarse y producir estas infecciones. La salmonella habita a menudo en el interior de mejillones, ostras y pescados. También las carnes y sobre todo los huevos pueden ser causantes de gastroenteritis por salmonellas. Los Estafilococos abundan en derivados de la leche, pasteles, nata, helados. Los Estafilococos tienen la particularidad además de contaminar silenciosamente las manos y las fosas nasales de muchas personas, por lo que los manipuladores de alimentos deben someterse a revisiones que descarten esta posibilidad.
6. ¿Cómo debe ser el tratamiento de estos enfermos?
La medida más importante es evitar la más grave de las complicaciones que pueden aparecer como consecuencia de una gastroenteritis y que es la deshidratación. Durante una gastroenteritis aguda puede haber un gran número de deposiciones líquidas diarias que superen la ingesta de líquidos y que generen un balance negativo de agua en el organismo que conduzca a la deshidratación Esta complicación es especialmente frecuente en niños y ancianos en los que el equilibrio hidro salino es más delicado. Por eso el médico receta frecuentemente soluciones de sales preparadas para combinar con agua que venden expresamente en las farmacias o a veces (en casos más leves) soluciones preparadas de forma casera con agua y bicarbonato o hasta algún refresco como la coca-cola. En casos más severos puede ser necesario el ingreso en un hospital y la rehidratación mediante sueros endovenosos.
Existen reparados antidiarreicos que tienen la cualidad de frenar las deposiciones y aliviar los retortijones. Existen además antibióticos que alguna vez se pueden recetar a estos enfermos. Lo cierto es que ninguno de estos medicamentos es demasiado recomendable en la mayoría de pacientes, pues en ocasiones incluso pueden alargar la enfermedad. Por eso no debemos enfadarnos con nuestro médico de cabecera si sólo nos receta una dieta astringente y una reposición de líquidos. Sólo en algunas circunstancias que el médico aconseje puede ser recomendable una medicación de este tipo o algún análisis especial, como un cultivo de las heces. Otra complicación es la sepsis, es decir , el paso de gérmenes a la sangre. Esta complicación no es frecuente y de nuevo se produce en personas previamente debilitadas y sólo con determinados tipos de bacterias. Para prevenirla es por lo que en casos muy concretos seleccionados por el médico sí se utilizan antibióticos en el tratamiento de estos enfermos. La rehidratación es lo más importante y debe hacerse según indique el médico sobre todo cuando hablamos de niños pequeños o ancianos o enfermos debilitados por cualquier motivo. La dieta siempre se recomienda aunque los estudios no demuestran claramente sus beneficios: El arroz hervido, el pollo hervido a la plancha, o el pescado blanco igualmente hervido o a la plancha, y el membrillo de postre serán los ingredientes de nuestra dieta durante unos días. Debemos evitar las frutas y verduras y las comidas condimentadas. Todo ello hasta unos dos o tres días después de resuelto el cuadro en que empezaremos Poco a poco a reemprender nuestros hábitos alimenticios habituales.
En algunos casos el médico puede recomendar los probióticos, alimentos terapéuticos que llevan la famosa flora intestinal, lactobacillus por ejemplo.
7. ¿Cómo prevenir estos cuadros especialmente en verano que es cuando más frecuentes son?
En verano las gastroenteritis agudas sustituyen a las infecciones respiratorias del invierno y a las crisis de asma de la primavera en los servicios de urgencias, ambulatorios y hospitalarios. La razón es que con el calor los gérmenes se multiplican con gran facilidad y rapidez, y una espléndida ensaladilla rusa de excelente aspecto y sabor puede albergar millones de salmonellas y estafilococos, tras pocas horas de exposición a temperatura ambiente. Por eso siempre que se prepare cualquier comida en la que intervengan huevos o leche, y sobre todo si los huevos son crudos, como en el caso de las mayonesas, la preparación debe hacerse con las máximas medidas de higiene (lavándose las manos a menudo, por ejemplo), debe ingerirse de inmediato o guardarla enseguida en la nevera hasta el momento de su ingesta y en lugares públicos es obligatorio utilizar mayonesas artificiales.
A la hora de la compra deben desecharse los huevos sucios o con fisuras. Debemos exigir que nos piquen la carne delante nuestro. Si vamos de la tienda a casa con algún alimento congelado es mejor no entretenerse, sobre todo en verano, ya que no conviene que se descongelen parcialmente y luego volverlos a congelar. Asimismo, es conveniente descongelar los congelados cambiándolos de compartimento en la propia nevera y no dejándolos durante horas a temperatura ambiente (también pueden descongelarse de forma rápida mediante calor, por ejemplo, al baño maría).
Las frutas y verduras deben lavarse profusamente incluso con la precaución adicional de añadir una gota de lejía al agua. Por último, hay que rechazar todo alimento preparado que no se halle adecuadamente protegido del público con mamparas adecuadas.
Siguiendo estos consejos, podemos conseguir eliminar muchos de estos cuadros que aquí nos han ocupado y que tan frecuentes y molestos son en épocas veraniegas, y que tan graves consecuencias tienen en países poco desarrollados, o cuando a nivel individual afectan a pacientes inmunodeprimidos (bajos de defensas).
También en el caso de gastroenteritis víricas el hecho de lavarse a menudo las manos, como se suele recomendar para la prevención de la gripe, és una buena práctica. El rotavirus puede sobrevivir en las manos por lo menos 4 horas, en tejidos y materiales como la ropa y hasta 10 días en superficies no porosas en un ambiente seco de baja humedad, por lo que es recomendable el lavado de manos frecuente si tenemos enfermos en casa con gastroenteritis invernales.
También existe la vacuna para el rotavirus para evitar esta enfermedad en niños.
Bibliografia
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Costa i Pagès J, Polanco Allué I, Gonzalo de Liria CR.
GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Gastroenteritis aguda en el niño.
Disponible en internet : http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_464_Gastroenteritis.pdf
Diarrea aguda en l’adult. Fulls per a pacients de la camfic.