1. ¿En qué consiste la artrosis?
La artrosis no es ni más ni menos que un desgaste de la articulación que, de hecho, se produce en todas las personas con el paso de los años.
Manifestaciones propias de la artrosis pueden detectarse en el 50 % de los individuos mayores de 50 años. Sin embargo radiografías con signos de artrosis aparecen en muchas personas que no han tenido jamás síntoma alguno.
Por otro lado algunas personas con dolores claramente relacionados con una artrosis tienen unas radiografías poco llamativas.
Todo ello contribuye a que la artrosis se emplee a veces como cajón de sastre donde clasificar todos los dolores, por lo que hay que descartar otras afecciones distintas a la artrosis siempre que los síntomas sean poco demostrativos o se localicen en articulaciones poco afectadas normalmente por esta enfermedad.
2. ¿Cuáles son las articulaciones que se afectan más a menudo por la artrosis?
Las articulaciones más comúnmente afectadas por la artrosis son las rodillas, las caderas, la columna lumbar y cervical, algunas pequeñas articulaciones de las manos y la del dedo gordo del pie (que da lugar a los famosos juanetes).
3. ¿Cómo son los síntomas de la artrosis?
El síntoma principal de la artrosis es el dolor. Es un dolor mecánico, lo que quiere decir que aumenta con el ejercicio y desaparece con el reposo, aunque algunos enfermos manifiestan dolor incluso en reposo.
Puede tener características definidas según la articulación afectada, por ejemplo el dolor de la artrosis de rodilla aumenta al subir y bajar escaleras. El dolor de la artrosis de cadera aumenta al empezar a caminar después de permanecer un rato sentado y luego va cediendo con el ejercicio.
Además del dolor pueden aparecer crujidos que son especialmente indicativos de artrosis en las rodillas, careciendo de valor diagnóstico cuando se presentan en otras articulaciones.
En alguna articulación pueden aparecer discretas deformaciones por culpa de la artrosis sin llegar nunca a las graves deformaciones de una enfermedad reumática mucho más seria que es la artritis reumatoide.
Lo típico de la artrosis es la deformación de la articulación distal (la de la punta) de los dedos de las manos. Son lo que se llaman nódulos de Heberden, y la mayor parte de las veces aparecen sin ocasionar molestia alguna, o pueden doler al aparecer pero a la larga mejorar.
En general la artrosis de manos tiene buen pronóstico
4. ¿Cómo hace el médico el diagnóstico de artrosis?
Antes de asegurar que un enfermo tiene artrosis se debe hacer una evaluación diagnóstica que aporte datos a favor de la artrosis, como una radiografía o unos síntomas característicos y, sobre todo que descarte la presencia de otras enfermedades reumáticas más serias como la artritis reumatoide, la espondiloartritis, o enfermedades óseas como la osteoporosis.
Una vez confirmado el diagnóstico es muy importante que el paciente entienda bien la naturaleza de la enfermedad, por lo que en este caso es nuevamente de gran interés la buena relación médico – enfermo y una buena educación sanitaria. Hay que desmitificar falsos temores (como que la artrosis es una enfermedad incurable, invalidante o deformante) y también falsas ilusiones como tratamientos regenerativos del cartílago o soluciones «milagrosas» como el magnesio o las famosas pulseras y demás artilugios.
5. Vamos pues con el tratamiento de la artrosis. ¿La artrosis es o no una enfermedad incurable?
La artrosis no se cura definitivamente lo que no significa que deba aplicársele el temible calificativo de «enfermedad incurable». No se cura definitivamente pero sí que se puede detener su evolución o incluso obtener mejorías significativas.
Para entender el tratamiento de la artrosis hemos de partir de la base de lo que es en realidad la artrosis.
No se sabe con certeza qué es lo que ocasiona en última instancia esta enfermedad, pero sí se sabe que la artrosis aparece generalmente como consecuencia de un desequilibrio entre lo que se le pide a una articulación y lo que esa articulación puede dar.
Por ejemplo unas rodillas sometidas a unos kilos de más en una persona obesa a la larga van a sufrir probablemente una artrosis. Una columna lumbar sometida a un sobreesfuerzo profesional en alguien que se pasa su vida cargando pesos sufrirá también una artrosis lumbar con mayor probabilidad que otra persona.
Incluso algunos deportes pueden «forzar» de tal manera una articulación que a la larga pueda aparecer una artrosis de la misma (por ejemplo la artrosis de cadera o rodilla en futbolistas).
Por tanto, la primera medida ante una artrosis de la articulación que sea va a ser restaurar el equilibrio entre demanda y capacidad de la articulación para desarrollar lo que se pide.
Lo cierto es que nos encontramos con que, como en todas las enfermedades crónicas, lo más importante son los pequeños cambios que debe introducir el enfermo en sus hábitos de vida. Por ejemplo:
Combatir la obesidad. Es imprescindible reducir el sobrepaso en los enfermos de artrosis sobre todo cuando ésta se localice en articulaciones de carga como las rodillas, las caderas, la columna.
Reposo.- Muchas personas creen que es bueno caminar para la artrosis de rodillas, incluso evitan el ascensor siempre que pueden, convencidos de que así hacen algo más por su «reuma». Este es un concepto tan erróneo como extendido. La articulación afectada por un brote de artrosis lo que pide es reposo y se recomienda en las agudizaciones un reposo relativo.
Ejercicio físico. No es una contradicción recomendar reposo y ejercicio a la vez. En otros momentos de la enfermedad vamos a recomendar por una lado ejercicios de tipos estiramientos y por otro lado ejercicios de tipo aeróbico.
Hasta aquí lo que se conoce como el plan básico de la artrosis que debe complementarse en la mayor parte de casos por medicamentos que se utilizarán en las fases de agudización o a veces de forma pautada por temporadas más largas
Medicación.- Desgraciadamente no disponemos de ninguna medicación que haya demostrado su eficacia para regenerar el cartílago articular.
Aunque es un asunto polémico y hay guías y asociaciones profesionales que defienden su uso la última guía NICE sobre el manejo de la artrosis, que es una referencia muy autorizada, no recomienda ni los fármacos llamados (SYSADOA), glucosamina o condroitina sulfato, ni las infiltraciones con ácido hialurónico que últimamente están tan de actualidad. Tampoco recomienda la acupuntura. En cambio se acepta el tratamiento con infiltraciones de corticoides como una ayuda en determinados circunstancias de la enfermedad. Si que en cambio aboga por el tratamiento tópico con cremas antiinflamatorias para el dolor de la artrosis que recientemente han sido excluidas de la financiación en nuestro país
Paracetamol: El primer escalón en el tratamiento del dolor de la artrosis es la administración de paracetamol a demanda (cuando duela) o de forma pautada (normalmente cada 12, cada 8 o cada 6 horas).
Antiinflamatorios de forma tópica: Aunque en los últimos años estos tratamientos se habían denostado, vuelven a aparecer en las guías como un tratamiento recomendado en los primeros escalones, especialmente para la artrosis de manos y para la de rodillas.
Antiinflamatorios por vía oral: Deben reservarse para un segundo nivel de tratamiento cuando las medidas anteriores han fracasado debido a sus efectos secundarios. En general se recomiendan pautas cortas de tratamiento para volver al escalón anterior cuando aparezca la remisión de los síntomas. Deben estremarse las precauciones en casos de antecendentes de patología digestiva o cuando existan otros tratamientos como por ejemplo anticoagulantes como el Sintrom o antiagregantes como la aspirina. También pueden dar más problemas en pacientes de edad avanzada por sus posibles efectos sobre el riñón. Además pueden subir la tensión arterial en personas hipertensas. El médico frecuentemente recetará un protector gástrico para aminorar los efectos adversos de estos medicamentos sobre el estómago.
Cirugía: La cirugía más claramente recomendada en la artrosis es la colocación de una prótesis de rodilla o de cadera. En ambos casos se suele esperar a que fracasen los otros tratamientos y el paciente tenga limitada su calidad de vida y dolor permanente, pero las nuevas guías también recomiendan que no se espere demasiado a tomar la decisión debido al importante cambio en la calidad de vida que experimentan estos pacietnes cuando se operan.
Otros tratamientos: El uso de calor o frío de forma local puede ser de ayuda en algunos pacientes, así como algunas terapias físicas.
En resumen hay que enfatizar que la artrosis es una enfermedad benigna que puede afectar la calidad de vida de los pacientes pero no producir severas complicacions, invalideces o deformidades en la mayoría de casos y además aunque no tiene tratamiento de curación definitiva si existen abordages globales que pueden minimizar sus efectos de forma muy notable.
Bibliografia
Hochberg MC, Altman RD, Brandt KD, Clak BM, Dieppe PA, Griffin MR, et al. Guidelines for the medical management of osteoarthritis. Part I. Osteoarthritis of the hip. Arthritis Rheum 1995;38:1535-40
Hochberg MC, Altman RD, Brandt KD, Clak BM, Dieppe PA, Griffin MR, et al. Guidelines for the medical management of osteoarthritis. Part II. Osteoarthritis of the knee. Arthritis Rheum 1995;38:1541-6
NICE guidelines [CG177]. Osteoarthritis: Care and management in adults. Issue date: February 2014 .
Disponible en internet:
http://www.nice.org.uk/guidance/cg177/chapter/1-recommendations#pharmacological-management
1 comment
[…] de un proceso reumático. Efectivamente la clínica más característica de esta enfermedad es el dolor generalizado. Realmente les duele todo. Sin embargo a pesar de tener unos síntomas tan molestos, otra […]
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