La hinchazón de piernas puede deberse a diferentes causas, tales como la retención de líquidos, problemas circulatorios o linfáticos, lesiones, trastornos renales o cardíacos, entre otros.
1. Es muy frecuente oír en conversaciones sobre la salud que muchas personas, sobre todo mujeres, se quejen de tener hinchazón de piernas o incluso las manos, o que se quejen de sentirse hinchadas en general. ¿Tan frecuente es este síntoma?
Habría que precisar que en muchas ocasiones esta sensación no es más que una sensación subjetiva de hinchazón que, aunque no por ello menos real, la verdad es que no puede ser puesta de manifiesto por el médico y, en general, suele preocupar poco al profesional, aunque a veces preocupe mucho al enfermo.
El tema de «sentirse hinchado en general» responde a menudo a una sensación de distensión abdominal que, si bien puede ser debida a otras causas, a menudo es producida por un meteorismo, es decir por un exceso de gases intestinales y por tanto correspondería a un tema distinto del que trataremos a continuación.
2. ¿La hinchazón de las piernas afecta mayoritariamente a las mujeres?
Las mujeres se quejan más de presentar problemas de edemas en las piernas y tienen razón puesto que alguna de las patologías que frecuentemente se hallan en el origen de estos problemas aparecen más a menudo en mujeres. Concretamente las varices y todo el cortejo de problemas relacionados con el retorno venoso de las extremidades inferiores. Retorno venoso que se ve agravado por algunas prendas nefastas para esta circulación de retorno como las famosas ligas o las fajas que presionan a nivel del muslo, o los calcetines que se sujetan por una banda elástica.
3. ¿Qué son los edemas y cómo se explica, o por qué mecanismos pueden aparecer unos edemas en las piernas?
El edema es un acúmulo de líquido en el espacio intersticial. Sería un tanto farragoso y difícil explicar ahora lo que es el espacio intersticial, pero tal vez baste con decir que un edema es un acúmulo de líquido fuera del contenido en los vasos sanguíneos.
4. ¿Qué enfermedades pueden producir edemas?
Las extremidades inferiores, debido a esa peculiaridad del ser humano que consiste en mantenerse en bipedestación, padecen una dificultad permanente para que la sangre que riega sus tejidos vuelva al corazón. Es fácil adivinar que cuando algún problema empeore esta natural dificultad en el retorno, las venas no podrán devolver todo el líquido que les llega por la circulación arterial que quedará así acumulado en esta zona, produciendo una distensión de los tejidos y externamente una hinchazón de la extremidad.
Esta sería la primera causa de edemas en las extremidades inferiores y algunas enfermedades que producen edemas por este mecanismo son las siguientes:
– Lógicamente las varices, es decir cuando el problema está en las propias venas, con todas sus variantes y complicaciones, las tromboflebitis profundas y superficiales.
– Otras veces la dificultad en el retorno no es tan local y puede ser general. Es lo que ocurre en las insuficiencias cardíacas derechas. Cuando el corazón derecho funciona deficientemente no puede recoger toda la sangre que le llega por las venas para remitirla de nuevo a los pulmones y así oxigenarla. Este hecho produce un estasis de la sangre que se remansa, por así decirlo, y donde primero se pone de manifiesto este estasis es allí donde la dificultad de retorno es mayor, en las extremidades inferiores.
Existen otras causas de edema por dificultad en el retorno o, dicho de una forma más científica, por aumento de la presión hidrostática, pero tal vez basten como ejemplo estas dos que son las más claras y frecuentes.
Existen formas menos sencillas de explicar. Por ejemplo la disminución de la llamada presión oncótica. ¿Qué es eso tan raro?, pues bien las proteínas que circulan por la sangre tienen una tendencia a atraer líquido hacia el interior de los vasos.
A esta tendencia se le denomina presión oncótica. Es una presión parecida a la llamada presión osmótica, que es la que hace que suba el café con leche a través de un terrón de azúcar cuando lo tenemos suspendido sobre la taza contactando por un extremo con el nivel del líquido de la taza. Pues bien, cuantas más proteínas circulen por la sangre, mayor es esa presión, y si las proteínas circulantes descienden, esa presión disminuye y el líquido tiende a escapar de los vasos, apareciendo así el famoso edema.
¿Y qué hace que disminuyan las proteínas de la sangre? Pues por ejemplo la falta de ingesta, si no comemos nos quedamos sin proteínas y, entre otras cosas, pueden aparecer unos edemas. De todas formas esto sólo se ve en estados de desnutrición muy severos y puede verse en países del tercer mundo pero muy raramente en países desarrollados, a no ser que, haya otro problema sobreañadido, como una malabsorción.
Mucho más frecuente es que baje el índice de proteínas porque el organismo pierda proteínas por algún sitio. Por ejemplo por el riñón en el llamado síndrome nefrótico, o por el intestino debido a algunas enfermedades que producen esta pérdida proteica (enfermedades que producen malabsorción).
5. Aparte de estas causas de edema que hemos comentado, deben existir otras que expliquen, por ejemplo, por qué se hincha un tobillo después de una torcedura ¿no?
Cuando se produce una torcedura de un tobillo, o un golpe en cualquier zona del organismo, no es raro que, si el golpe es suficientemente intenso, aparezca poco después una hinchazón, a veces importante, del área en cuestión.
Estos edemas son debidos a varios factores. Uno de ellos es la inflamación. La inflamación es una reacción que se caracteriza por cuatro síntomas principales, calor local, rubor (enrojecimiento), dolor e hinchazón. En este caso el edema aparece como consecuencia de un aumento de la permeabilidad de los vasos fruto de la respuesta inflamatoria, que permite la salida de líquidos del interior de los mismos. Tras un golpe puede aparecer también una hinchazón a consecuencia de una colección de sangre que se acumule en la zona dando lugar a un hematoma. La inflamación es la causa de edemas en otros cuadros clínicos, como el producido por una reacción alérgica, o por una infección, o ante una picadura, por ejemplo.
Finalmente podemos encontrarnos una pierna hinchada a nivel de una estructura concreta como una articulación, porque se haya producido un derrame en su interior, o porque aparezca una tumefacción de la membrana sinovial en el contexto de un traumatismo o, de una enfermedad reumática.
6. Ante este aparente maremágnum de enfermedades muy distintas entre sí ¿Cómo se las arreglan los médicos para orientarse?
El diagnóstico de unos edemas no es tan difícil como podría suponerse. Es fácil si se conoce el antecedente de un golpe, una picadura o una herida infectada pensar que esa será la causa de un edema de un solo pie que presente además signos inflamatorios. Sí no aparecen los signos inflamatorios, ni se reconoce el antecedente de herida o traumatismo y el edema es evidente, habrá que pensar en un problema venoso local como una tromboflebitis superficial o profunda.
Cuando son los dos pies los que están hinchados puede pensarse también en un problema venoso regional, como unas varices, sobre todo si el edema parece duro y antiguo. Otras veces, cuando el edema sea blando probablemente habrá que pensar en causas más generales como la insuficiencia cardíaca, enfermedades hepáticas o renales (síndrome nefrótico) fundamentalmente. Para hacer el diagnóstico los médicos utilizan otros síntomas y signos de la exploración física que se hace en la propia consulta del médico y que muchas veces van a ser suficientes para efectuar una orientación diagnóstica correcta. En otras ocasiones serán necesarias exploraciones complementarias como electrocardiograma o análisis de sangre y orina para orientar o confirmar el diagnóstico definitivo.